AYÚDA-ME!
Ayúdame es un grito de auxilio; un grito que muchos oímos, pero pocos escuchamos; un grito que escuchamos, pero nos hacemos de la vista gorda, pensando en que nosotros no vamos a salvar el mundo.
En el mundo hay ricos y hay pobres; hay quienes trabajan y hay quienes, aunque quieran, no pueden trabajar; hay quienes tienen su familias, y hay quienes no tienen familias; hay quienes tienen viviendas, y hay quienes no tienen viviendas; hay quienes tienen una vivienda digna y buena, con techos de concretos y hasta con piscina y animales exóticos, y hay quienes se asustan cuando ven un nublado, porque le caen goteras y ni siquiera tienen un mosquitero para que no se lo coman los mosquitos.
Muchos decimos ser pobres, otros son indigentes; muchos comemos vacío, cuando no tenemos una mesa enjundiosa, mientras otros tienen que sacudir la botella donde una vez se compraron aceite, para ver si le cae una gota en la yuca dura; muchos decimos: «No tengo dinero», solo porque no le sobra un millón de pesos; a veces le decimos: «Hoy no tengo, ven mañana», pero ese mañana nunca llega y para cuando llega, ya ha muerto.
¡Ayúdame! Si escuchas este grito, por favor, no tape tus oídos…